Los cambios y las exigencias de
mejorar e innovar –y hacer más dinámico– los procesos de aprendizaje, los docentes
deben de integrar acciones de formación, actualización y evaluación de su
ejercicio de enseñanza, y es de esta manera, el posicionamiento de un instrumento
de mejora: “El Portafolio Electrónico” –en contraste con el portafolio físico o
analógico–, apoyado en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´s),
integrando muchas ventajas que van desde una disponibilidad universal, de búsqueda
rápida, y de acceso inmediato, sin mencionar el gran almacenamiento de
materiales en diversos formatos, hasta la concentración puntual de medios y
recursos abierta al público –incluyendo docentes y alumnos–, dejando de esta
manera su carácter aislado o limitado. Donde el docente “nativo o inmigrante
digital”, muestra una realidad apasionante para el docente innovador; el portafolio
electrónico proyecta formativamente, lo gradual y lo evolutivo que es el
aprendizaje, y de esta manera nos facilita a integrarnos a una reflexión crítica
e ilustrada, que explota al máximo nuestros recursos metacognitivos, identitarios
y autocríticos. Pero de una forma más intrínseca en los procesos de enseñanza –
aprendizaje, es testimoniar por medio de nuestro propio “Portafolio Académico”,
la importancia de generar respuestas efectivas al verdadero sentido de nuestra
praxis profesional.
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Invito a la retroalimentación de mi E-portafolio.
Gracias.